El ajo de Chinchón es, además de un elemento imprescindible en la dieta mediterrénea, una de las variedades de ajo más valoradas en el mundo de la gastronomía. Platos tan típicos de las mesas madrileñas como la sopa de ajo, el conejo al ajo arriero o el gazpacho nunca tendrían el mismo sabor sin la presencia del ajo de Chinchón. A tan solo 50 km de la capital madrileña, una quincena de agricultores con pequeños terrenos y minifundios siguen trabajando sus tierras en las vegas de los ríos Tajuña, Jarama y Tajo y apostando por la producción de ajos.
La campaña de recolección del ajo violeta, que comenzó a mediados del mes de mayo, finaliza estos días con unas excelentes expectativas. El buen tiempo de los últimos meses y las buenas temperaturas de finales del mes de mayo han ayudado a que la cosecha este años sea considerablemente mejor que en los años anteriores. Los agricultores estiman que en esta campaña llegarán a recolectar entre 6 y 7 millones de kilos de ajo violeta. También han mostrado su optimismo en cuanto a los precios. El pasado año apenas les pagaron un euro por kilo y este año esperan poder alcanzar un precio superior.
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